La Escuela San Isidro volvió a ser centro de un robo, pero en esta oportunidad se llevaron los cables que donaron padres de los alumnos y la concejal Natalia Loria. La demora del Ministerio de Educación en brindar solución al establecimiento desembocó en la solidaridad, ahora frustrada. Los ladrones dejaron los cables con alumnio y se llevaron los de cobre.
María Inés Arias, directora de la Escuela Isidro Labrador, se refirió al segundo ataque en dos días que sufre la escuela, el robo de cables que los mantiene sin energía. Difundido el ataque vandálico que sufrieron de cara al inicio de clases, funcionarios y padres de la escuela se solidarizaron y aportaron cableado para que el establecimiento disponga de energía.
Los ladrones se llevaron los cables de cobre pero como también se disponía de cables de alumnio, y al no poder llevárselos porque no les representaba ganancia alguna, fueron cortados en fragmentos y abandonados en la vereda; inutilizables.
“Esta mañana, junto al intendente y otros concejales, conseguimos que Edesa nos habilite uno de los medidores que abastece a cinco aulas, la dirección y a la cocina”, detalló la directora, “el otro medidor es más grande y necesita mucho material”, agregó, lamentando que el Ministerio de Educación de Salta todavía no haya brindado ninguna respuesta ante la urgencia que vive la escuela.
De acuerdo con el planteo de la directora, la supervisora Teresa Mustafá ha seguido muy de cerca la situación y desde el 31 de Enero, cuando sufrieron un primer robo, que el Ministerio anunció que enviaría personal de Infraestructura y material para reconstruir los daños, “pero no ha pasado nada”.
De momento, la Escuela se ve ante la necesidad de vallar los medidores con armazones de rejas, opción que se estudia.
Con las denuncias radicadas, personal de Criminalística de Policía realizó inspecciones en la escuela y recabó datos que puedan llevar a determinar quiénes son los responsables de los robos.