El “Día Nacional del Organizador Profesional de Eventos” se recuerda en todo el territorio argentino cada 13 de Septiembre, desde el año 2008 por Ley 26.370 de Espectáculos Públicos. La organización de un acontecimiento debe ser concebido y ejecutado de acuerdo a los más altos estándares de calidad organizativa y estilo. Un “evento” es, ante todo, una herramienta de gestión táctica del área Marketing y de Relaciones Públicas de una empresa o institución.
José Cervantes, ceremonialista y organizador de eventos en Tartagal, destacó que la profesión y su importancia en la planificación y preparación de eventos (sociales como cumpleaños ó casamiento, y del tipo empresarial como presentaciones, degustaciones, jornadas) es todavía desconocida. “Si bien se les dice eventos, de eventuales no tienen nada (…) se parte de un presupuesto, se organiza en base a ese presupuesto y se coordinan los servicios que intervienen, desde catering a la música”, explicó. “En el caso de las empresas, se coordina con el área de Marketing y Relaciones Públicas”.
En ese sentido, señaló que en el caso de empresas “se juega el prestigio” ante improvisaciones y en el caso de eventos del tipo social familiar se incurre en gastos innecesarios. Sobre la profesión del organizador de eventos, en el año 2008 se sancionó en Argentina la Ley 26.370 “Espectáculos Públicos”. En ella se aborda sobre las diferentes especialidades; facultades y obligaciones; ya que los hay también de galas deportivas, jerárquicos, gubernamentales, entre otros.
“En 2020 el sector tuvo que reinvertarse, también fuimos a lo virtual y después de cierto tiempo (…) todavía debemos remarcar que se mantengan las medidas sanitarias, no solo porque continuarán por un tiempo más, sino que formarán parte de la nueva realidad”, agregó. Finalmente, y con los cambios del último tiempo, incluso antes de pandemia, la organización de eventos comenzó a brindar servicios en la realización de uniones no convencionales. “No se tiene que confundir. Hay animadores que asumen ser organizadores de eventos, pero la planificación es fundamental, comienza mucho antes de la fiesta; semanas o meses”, concluyó.