El País on Line.- El representante del Sistema de Alerta Gran Chaco PROADAPT, Luis María de la Cruz, confirmó que la rivera del Pilcomayo cambió el territorio de la región. Se repite lo ocurrido en Formosa; Argentina; en el verano de 1983, cuando cambió la geografía en todo el oeste provincial, dando lugar a los bañados. Ahora, este cambio, puede que esté sucediendo también en la provincia de Salta.
“Esto significa un cambio en la geografía de la región. Donde se produjeron los desbordes y donde se están produciendo todavía situaciones de escurrimiento de agua, va a cambiar la posición de la gente frente a su territorio”, afirmó de La Cruz.
Explicó que el mismo hecho puede ocurrir en Salta también, porque si se compara el caudal efectivo que entró y el efecto que provocó después de las intensas lluvias, se puede deducir que cualquier creciente más o menos similar repetirá esta situación, sin necesidad de que sean crecientes extraordinarias.
De esta manera, indicó que habrá que reconfigurar la forma en que se ocupa y usa el territorio en el Pilcomayo salteño. Además, se observó que el río se queda en el mismo lugar, pero los desbordes van a ser mucho más regulares.
De acuerdo a datos arrojados por la Unidad de Monitoreo y Centro de Datos en el documento “Evolución de las crecidas producidas en la cuenca alta del río Pilcomayo”, entre el 1 de enero y 6 de febrero, el Pilcomayo habría desbordado alrededor de 400 hectómetros cúbicos (Hm3).
Esta medida significan como cuatrocientas piscinas olímpicas de agua que se han desbordado, en el periodo del 1 de enero al 6 de febrero; al que hay que sumar un nuevo pico similar que se ha presentado el 6 de marzo. A ello se suma la cantidad de sedimento acumulado en el recorrido que subió de uno metro a 1,50 metros de altura disminuyendo la profundidad del lecho y acortando las barrancas.
“El derrame total para el período considerado fue en la estación Villa Montes de 2.180 hm3 y en la estación Misión La Paz de 1.764 hm3. Las causas de esta disminución pueden atribuirse a las ocupaciones de un cauce mayor y desbordes producidos aguas arriba de Misión la Paz”, señaló Claudio Laboranti y María Alejandra Cristanchi en el documento publicado por La Estrella, en margen derecha.
Esta reconfiguración del territorio de las poblaciones de la rivera del Pilcomayo incrementó aún más el desafío social de superación de la pobreza que ya tenía la región, especialmente de los pequeños productores y comunidades indígenas, ya que en muchos lugares deberán reconstruir sus sistemas productivos.
Otro reto no menor lo tienen los gobiernos locales de Argentina, que deberán acelerar procesos de construcción de Planes de Adaptación, movilizar y orientar inversiones hacia infraestructuras resiliente, entre otras acciones que permitan reducir el impacto de los eventos climáticos y aprovechar las oportunidades de la variabilidad climática en una región catalogada como la más vulnerable a los efectos climáticos.
“Existen muchas evidencias de que aquellas comunidades que estaban organizadas socialmente, productivamente y comercialmente, que estaban incluidas en procesos de adaptación al cambio climático incorporando prácticas más resilientes, fueron menos afectadas y cuentan con más elementos para recomenzar”, comentó Mauricio Moresco, Coordinador General del programa trinacional para la adaptación al cambio climático.