Fiscalía Penal de Salta.- Dos profesionales que prestaban servicios en el Centro de Salud de barrio Pinares son juzgados desde hoy martes por el delito de “homicidio culposo” en perjuicio de un niño de 1 año, que falleció en Enero de 2017 con diagnóstico de meningitis. Se los acusa de mala praxis médica.
El fiscal penal 4 de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas, Ramiro Ramos Ossorio, representa al Ministerio Público ante la Sala II del Tribunal de Juicio en la audiencia de debate contra los médicos Vilma Alejandra Abán y José Ramón Resina, imputados por el delito de homicidio culposo en perjuicio de un niño de 1 año que falleció con diagnóstico de meningitis.
El hecho fue denunciado por la madre del niño, quien relata que su pequeño hijo hizo un cuadro de fiebre muy alta y se quejaba en forma constante por lo que a la madrugada lo llevó al Centro de Salud de barrio Pinares, donde lo atendió el médico Resina, quien le indicó que le pusieran una inyección para bajar la fiebre y que regresara al día siguiente para que lo revisara la médica especialista.
Ante el constante malestar del niño, lo llevaron al hospital Papa Francisco donde no fue atendido porque había una emergencia. Se dirigieron nuevamente al Centro de Salud, donde obtuvieron un turno con la doctora Abán y pese al cuadro febril y la advertencia de la enfermera, debieron esperar dos horas y media para ser atendidos.
Ella le prescribió un antibiótico y un analgésico y le dijo que volviera en tres días para ver la evolución ya que se trataba de un cuadro gripal.
Al volver a su casa detectaron unas manchitas en el cuerpo del niño y que eran similares a las que presentaba un familiar cuando tuvo meningitis. Asustados volvieron al Centro de Salud y solicitaron hablar con la médica que los había atendido. Ella lo revisó nuevamente y solicitó que se le hicieran análisis en el hospital Papa Francisco. Allí, el médico que lo atendió les advirtió que se podría tratar de meningitis por lo que fue derivado al hospital Materno Infantil, donde fue ingresado a terapia intensiva y su cuadro fue empeorando.
Horas después falleció con diagnóstico de paro cardíaco respiratorio no traumático debido a muerte encefálica sospechada (esquema cerebral shock séptico).
En el requerimiento a juicio, Ramos Ossorio considera que está acreditado con suficiencia que la muerte del menor fue resultado de la mala praxis médica producida por los dos acusados, quienes se desempeñaban como médicos en el Centro de Salud de barrio Pinares y que incurrieron en una serie de omisiones negligentes y con impericia, lo que incidió en su decisión equivocada de no examinarlo en profundidad.
Estima que José Ramón Resina incurrió en omisiones negligentes tales como obrar con indiferencia, desidia y con impericia, restándole importancia a la sintomatología que presentaba el niño.
En el caso de Vilma Abán, sostiene que pese a ser alertada e informada por la enfermera del cuadro febril del menor, no le dio prioridad de atención y se limitó a una prescripción, haciendo caso omiso de que el menor había realizado tratamiento de contacto de meningitis ya que dentro del grupo familiar hubo personas que padecieron la enfermedad.