Los laicos hicieron un llamado de “Amistad Social”, ante el aumento de los robos y vandalismo que vienen registrando en las últimas semanas. La capilla San Ramón Nonato, en el barrio homónimo, suma la mayor cantidad de ataques. A pesar de los compromisos de la Municipalidad y la Policía, estos no se detienen.
La comunidad católica y laica presentó un balance de los hechos más resonantes y los sectores que se han convertido en centro de los ataques. La capilla San Ramón Nonato; en el barrio homónimo; ha sufrido no solo el robo de mobiliario (casi en totalidad) y sanitarios, sino también ataques vandálicos.
San Ramón se ubica en medio de una barriada conflictiva, donde los vecinos señalan a jóvenes, drogas y alcohol como los factores más problemáticos y origen de la violencia que elige al templo católico como centro para sus fechorías; y las familias como las responsables que la situación se haya salido de control.
En zona oeste alta, la capilla de la comunidad La Loma sufrió daños en puertas y estructura en estas semanas, el robo de elementos en capilla San José (barrio Mataderos) y en zona sur, vándalos trataron de romper a puerta de parroquia La Santa Cruz.
“Te quedás con impotencia pensando qué hacer para las cosas no sean sustraídas”, dijo Marcos Álvarez, del movimiento católico. “No sabemos ya qué hacer”, señaló a su vez el diácono permanente de la parroquia San Ramón. “Las familias no cuidan a los chicos”, remató.
Por último, Marcela De Piante; agente pastoral de capilla San Francisco Solano (La Loma); llamó a los vecinos a denunciar cuando se “oferten” elementos como mobiliario, sanitarios y otros elementos. “La capilla quedó vacía, sin nada”, lamentó.