La cacique Francisca Sarmiento fue denunciada por una residente criolla de la comunidad Km 3 debido a la dirigente se oponía a la venta de un terreno cedido para que ésta habitara. Entre las denuncias cruzadas, la cacique aseguró que se ampara en lo que establece el estatuto de la comunidad, pero la otra parte aseguró que los criollos son maltratados en general.
Sarmiento aseguró que la mujer había llegado a habitar el lugar hacia cinco años. Recibió dos terrenos de 10×25 metros cada uno y desde entonces, junto a siete hijos, construyó una humilde casita pre-fabricada en donde residió.
Sin embargo, esta semana, la dirigente se enteró que la propiedad se había vendido (a 10 mil pesos) y que la mujer con su familia se iban a vivir a la comunidad Qom Lhaje (“Mujer Toba”), del cacique Gabriel Espinosa; donde, dijo la mujer criolla; uno de sus hijos posee un terreno.
“Entre coyas (bolivianos) y criollos, tengo 70 personas viviendo dentro de la comunidad (…) la justicia no nos responde a nosotros, siempre sale a favor de los criollos (…) en el estatuo de la comunidad (avalado por Personería Jurídica otorgada en 2012) dice que la persona se retira solo y deja el terreno vacío, no lo vende”, explicó.
La otra parte, mientras, relató que si bien llegó hasta la comunidad Sarmiento por el aporte que hizo la cacique; “incluso la acompañé en desalojos, en cortes de ruta, en marchas”; decidió irse por el maltrato que hacían los aborígenes a su familia.
“El vecino de enfrente vive un vecino que hachó (lastimó con elemento cortante) a mi hijo (…) esa gente no me reconoció ni medicamentos ni médicos“, contó, “la cacique no escucha ni defiende a las mujeres, solamente a los hombres”.
A las ya conocidas denuncias que pesan sobre la cacique sobre venta de terrenos, aseguró que el que decidiera poner a la venta el espacio que ocupó es el motivo de real disputa. “Ella no quiere el terreno para negociar, lo quiere para vender”.
Ante el tenor de la pelea que protagonizaron las mujeres, intervino un móvil de Policía de Salta; que a su vez llamó a todos a presentarse ante la Comisaría 42 para solucionar el problema. “Los paisanos me apedreaban la casa, no dejaban que mis hijos salieran a la calle (…) ella (Sarmiento) cree que porque es cacique puede venir y tirar mi casa, romper mis cosas y esto no va a ser así”, concluía.