En 2015, el mundo se comprometió con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 como parte de la Agenda 2030: la promesa de que todos tendrían agua y saneamiento gestionados de forma segura para 2030, actualmente lejos de dicho objetivo. En 2023, bajo la campaña global “Sé el cambio”, se alienta a todas las personas cambiar la forma en que usan, consumen y gestionan el agua; a fin que los gobiernos y organismos internacionales asuman real compromiso.
El Día Mundial del Agua fue establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1992, en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (Cumbre de la Tierra) celebrada en Río de Janeiro (Brasil). Desde entonces, se celebra cada año el 22 de marzo como una oportunidad para llamar la atención sobre la importancia del agua y la necesidad de su gestión sostenible.
En la apertura del año legislativo, el gobernador Gustavo Sáenz hizo hincapié en la crisis del agua (y su efecto en el norte salteño). En 2022, el plan gubernamental proyectaba 135 obras con una inversión de 4.448 millones de pesos; monto que terminó incrementado a 288 obras por más de 16.700 millones de pesos ante la notable falta de agua y deterioro de cañerías. La fuerte sequía y la ola de calor en la región llevaron a la creación del Comité Provincial de Emergencia Hídrica ante la gravedad de la situación en los departamentos del norte salteño.
Por primera vez, la sociedad debió asumir medidas de responsabilidad en el uso y gestión del agua ante una realidad impensada. Si bien se reconocía y resaltaba que el Dique Itiyuro dependía hasta el momento de un ciclo regular de lluvias para abastecer al 90 por ciento de la población de Mosconi, Tartagal y Aguaray; su construcción no fue planificada para el futuro crecimiento demográfico, lo cual ocasionó su colapso.
La acción inmediata fue la perforación de pozos aprovechando las aguas subterráneas en distintos lugares de San Martín, distrito provincial donde; del 100 por ciento de la provisión de agua; el 74 por ciento es superficial y 26 por ciento subterránea. Entre las obras en marcha figura el proyecto de alteo de El Limón (Dique Iityuro), el acueducto Yacuy (obra inconclusa del Fondo de Reparación Histórica); proyectos que junto a las perforaciones de pozos busca llegar a un abastecimiento de 55 por ciento superficial y 45 por ciento subterránea.
Por último, siempre en base a las declaraciones de gobernador, se espera la pronta puesta en marcha del acueducto Tartagal-Mosconi para optimizar el servicio de agua potable en Mosconi, beneficiando a más de 20.000 habitantes al conducir los caudales desde la nueva planta potabilizadora de Tartagal, hasta la cisterna Las Lomitas; obra en la que se invirtieron 240 millones de pesos.