Javier Federico Aráoz falleció hace dos años por hantavirus, diagnosticado de manera tardía en el Hospital Juan Domingo Perón. “Negligencia, inoperancia, falta de profesionalismo”, son algunos de los calificativos lanzados por su madre recordando la tragedia. “Ninguno de los médicos que atendieron a mi hijo supieron darse cuenta de la gravedad de lo que mi hijo tenía”.
En la causa iniciada por el abogado Leyva de Orán; ya el fiscal penal Gonzalo Vega archivó el caso en 2015; figuran nombres de médicos y enfermeras, entre ellos César Oviedo (único imputado) e Irina Sabzuk (ambos médicos) y la enfermera Liliana Segundo.
A raíz de las altas temperaturas, la familia se ubicó en una de las glorietas de Plaza San Martín a reunir firmas que enviarán al ministro de Salud de Salta y a la ministra de Derechos Humanos, mientras distribuían folletos con información sobre hanta.
Enterados de la movida que realizaba la familia, médicos del nosocomio aseguraron en declaraciones mediáticas que están en petición para que el mal sea incluido en la lista de enfermedades tropicales y que tenga un protocolo a seguir al primer síntoma.
“Ayer (martes 17 de octubre) me entero por un profesional del Hospital que el hanta ya está incluído como enfermedad tropical y que cuando un paciente ingresa con fiebre ya tienen que confeccionarle una ficha epidemiológica, lo que no hicieron con mi hijo”.
Carmen Rosa, madre del joven fallecido a los 28 años, recordó que por insistencia de ella se internó el sábado 17 de octubre de 2015 en observación, sin confeccionarle la ficha y además colocándole suero para hidratarlo, bajo un diagnóstico de cuadro típico de abstinencia de drogas.
Javier Aráoz había concurrido dos veces en una semana a la guardia, ya en malas condiciones, siendo devuelto una y otra vez bajo diagnóstico de gripe y siendo medicado con ibuprofeno.
“Mi hijo ya no tenía casi pulso (…) hoy en el expediente los médicos dicen que sí sabían que tenía hanta (…) y no lo trataron como debía”, declaró. Tras una nueva sospecha de mala praxis en el Hospital Juan Domingo Perón, la familia radicó la denuncia casi inmediatamente.
“La historia clínica fue alterada (…) hay hojas pegadas (…) porque allí figuraba que había un paciente ingresado con síndrome de abstinencia de drogas”.