La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) precisa que el cambio en el impuesto sobre los combustibles líquidos y al dióxido de carbono que regirá desde mañana 1 de junio, deriva de la reforma tributaria aprobada por el Congreso a fines del año pasado.
En dicha reforma (ley 27430) se dispuso el siguiente cambio: se estableció actualizar en forma trimestral los montos fijos del impuesto sobre la base de las variaciones del Índice de Precios al Consumidor (IPC) elaborado por el Indec.
Hasta esta reforma, el impuesto se calculaba en base a un porcentaje sobre el precio de venta de los combustibles.
Con este cambio en la metodología de cálculo se evitó que el aumento en el precio de los combustibles sea mayor, dado que el impuesto no aumentó a la par del incremento registrado en los últimos meses en el valor final del producto.
A partir del cambio legislativo, se calcula en base a un valor fijo, estipulado por la norma, que se actualiza por el IPC.