Tras un cuarto intermedio solicitado la semana pasada, ayer miércoles reanudaron las audiencias del juicio que se sigue por el homicidio de la productora rural Liliana Ledesma. Un gendarme declaró vía remota y demás se incorporó en formato digital el expediente que obra en el fuero federal, a petición de la defensa. Hoy declaran dos testigos más.
Ayer miércoles se escuchó la declaración uno de los gendarmes a cargo de la unidad de análisis que realizó un relevamiento de cuatro líneas telefónicas en septiembre de 2006, quien identificó las llamadas entre los acusados, la víctima y Gabriela Aparicio (ya condenada por el hecho); destacando que pudo determinar la ubicación geográfica, duración y titularidad de las llamadas. Remarcó que el 20 y 21 de septiembre de 2006, después de las 18 horas, hubo llamadas de Delfín Castedo; desde Buenos Aires; a su hermano Raúl.
El gendarme citado como testigo declaró vía remota, y su testimonio era por haber formado parte de la investigación. Para este jueves 5 se solicitó la conducción de otros dos testigos, testimonios que se escucharán en esta séptima jornada prevista de reanudar a partir de las 17 horas. Otro punto de la audiencia desarrollada ayer miércoles fue la incorporación en formato digital del expediente que obra en el fuero federal, petición que había realizado la defensa de los Castedo.
La víctima, Liliana Ledesma (37), era productora rural y vendedora de huevos, y junto con su padre y hermanos trabajaba en un campo lindero a tierras cuyo propietario eran el (fallecido) ex diputado Ernesto Aparicio y los hermanos Castedo. Durante el juicio se reprodujo la última entrevista periodística concedida, donde acusaba el cierre de un camino vecinal por el grupo a fin de utilizarlo como vía para el narcotráfico. Allí decía que ya había sido amenazada y responsabilizaba hechos futuros tanto al (ex diputado) Aparicio como a los Castedo, siendo asesinada un mes después en Salvador Mazza.