El 20 de noviembre, Argentina conmemora el Día de la Soberanía Nacional, una fecha que recuerda la histórica Batalla de la Vuelta de Obligado de 1845. En aquel enfrentamiento, las fuerzas de la Confederación Argentina, lideradas por Juan Manuel de Rosas y el general Lucio Mansilla, se opusieron al avance de las escuadras de Francia y el Reino Unido, que pretendían navegar los ríos interiores sin autorización.
La resistencia, marcada por cadenas tendidas sobre el Paraná y cañones improvisados, simbolizó la firme decisión de un pueblo de defender su territorio y su dignidad, aun frente a una superioridad militar evidente. Aunque el resultado bélico fue desfavorable, el gesto político y moral trascendió: las potencias extranjeras comprendieron que la soberanía argentina no podía ser ignorada.
Desde 1974, la fecha se reconoce oficialmente, y desde 2010 es feriado nacional. Más allá de la evocación histórica, el Día de la Soberanía invita a reflexionar sobre los desafíos actuales: la defensa de los recursos naturales, la preservación de la cultura y la construcción de un país independiente y justo. La memoria de Obligado nos recuerda que la soberanía no es un concepto abstracto, sino una práctica cotidiana que se ejerce en cada decisión colectiva.
En tiempos de globalización y tensiones económicas, la conmemoración cobra vigencia como un llamado a la unidad y al compromiso ciudadano. La soberanía, ayer como hoy, es el derecho de un pueblo a decidir su destino.



