Las estadísticas mundiales confirman que el peatón es el eslabón más vulnerable en el sistema del tránsito; sumando cada año más de 270.000 muertes. En la Argentina, se estima que en 2019 más de 1.500 peatones murieron en accidentes de tránsito, significando más del 20 pro ciento de todas las víctimas fatales.
De encuestas realizadas por el Observatorio Vial de la ANSV; publicadas en el Anuario Estadístico de siniestralidad vial; se arrojó, entre otras cuestiones, que las percepciones más destacadas entre los encuestados llama mucho la atención que; al ser el peatón el componente más vulnerable ante un siniestro vial; no se asume como un usuario que forma parte del la red vial.
Esto puede explicar, en parte, por qué buena parte de ellos se consideran exentos de cumplir las normas viales, incurriendo en prácticas inseguras que ponen en riesgo su integridad física; situación que crece en las grandes urbes. Los resultados dan cuenta que el peatón muchas veces genera riesgos de los que no toma dimensión.
Cuando cruza la calle por un lugar indebido, y que no está señalizado para los conductores, pone en peligro su vida y la de terceros ya que sorprende y obliga al conductor a realizar una maniobra de imprevisto y con poco tiempo para reaccionar. Cabe recordar que el peatón o transeúnte; en la jerarquía de movilidad urbana se sitúa en la base de la pirámide de la cultura vial, seguido por los ciclistas y motociclistas, el transporte de pasajeros, el transporte de carga y por último los automovilistas particulares.