Los mitos y leyendas, naturales o urbanas, nos toman como hojas en blanco para que los cuatro elementos guien la trama a través de los hilos del narrador. “Narratanería”, obra perteneciente al director Emilio Vera y basado en un libro de recopilación de cuentos por alumnos de la Sede Tartagal de la UNSa, recoge la tradición de compartir historias alrededor del fuego, hoy reconvertido en sobremesa.
El Centro Cultural Tartagal fue el escenario para “Narratanería”, obra dirigida por el actor y director Emilio Vera y presentada por el grupo “Le Moroche” durante el fin de semana. El guión es resultado del trabajo colectivo entre director y actores, basado en el trabajo de recopilación de cuentos y mitos de la zona por estudiantes universitarios de la Facultad Tartagal de la UNSa. Como toda la cultura regional del chaco salteño y selva pedemontana, la naturaleza y sus cuatro elementos está presente en la raíz de cada relato que se comparte en el escenario.
El despliegue de los actores ocurre en un escenario sencillo, como el vestuario de sus protagonistas, cruza y entrecruza con los hilos de cada narración el inicio y ¿el final? de una historia, ya que el narrador une la pasión de las palabras con el agua y su fuerza transformadora en la fluidez más el impacto del rayo en los giros que mueven la historia, con un espectador atento a cada una de las partes que se van desplegando en escena. Como espectadores, ¿dónde comienza el relato y dónde termina? una belleza de la narración es el recurso de la imaginación que nos coloca en el umbral de los espejos y que cruzamos cuando bajamos la guardia.
El cuento/historia/leyenda urbana abandona la dureza de estar guardado y bajo nueva luz, el teatro deja de ser teatro y se convierte en uno más entre los que observan, que toman el hilo del suceso que acaban de escuchar para luego llevarlo adonde el viento los mueva, y darle una nueva raíz en otra tierra, continuando la tradición; siempre en rondas alrededor del fuego, alrededor de una mesa y ¿por que no? en un escenario con una puesta en escena que se adapta al entorno donde le toca estar, como todo buen relato.