La comunidad sirio libanesa, en la persona del Lic. Ciro Esper; presidente de la Sociedad; hizo pública su preocupación respecto a los bombardeos que se han registrado en distintas ciudades de Siria, en donde muchos tienen familiares. Una de ellas es la ciudad de Mhardi, el conglomerado cristiano más importante de ese país.
El licenciado destacó que en Siria la población profesa la fe católica apostólica ortodoxa. “En las últimas horas, aviones israelíes bombardearon la zona alta de Siria (…) hace más de un mes que hay batallas cruentas y en consecuencia, ciudades completamente destruídas”.
“Esta violencia, de llevar el combate dentro de las ciudades, con guerra de trincheras (…) y hasta los países como Yemen, que es uno de los más pobres, lleva al exterminio de la sociedad, (…) es muy triste, desesperante y angustiante. No hay comunicación con la familia, no tienen agua, luz y hay muy poca comida”, compartió.
Los presidentes de las Sociedades Sirio Libanesas del país se mantienen en contacto con la sede central en Capital Federal y esta semana, intentarán ir al diálogo con el gobierno nacional, con la canciller Susana Malcorra, para que se pueda otorgar el visado a sus familias y alejarlos del conflicto.
“Hay varios que preguntan con la esperanza de poder salvar a sus familias. Tartagal se declaró Municipio de Brazos Abiertos en 2016, pero las leyes nacionales no amparan esas acciones, por haber modificado el Programa Siria”, lamentó el licenciado.
Agregó que, por el conflicto, los que son profesionales con formación académica como doctores o enfermeros, no pueden brindar ningún tipo de asistencia al carecer de edificios y recursos, y lo que se presta es muy básico. “Los refugiados huyen a países como Irán, Irak, Turquía o Turkmenistán, para poder conseguir un visado o ser recibidos como refugiados”, cerró.