El Periodico.- Desde el Ministerio de Defensa del Estado Plurinacional de Bolivia se lleva adelante la instalación de la Antena Radar Civil en la serranía de Sama, el cual está en periodo de prueba, y prevén que dentro de dos meses funcione al cien por cien.
El objetivo de la Antena Radar Civil es controlar el espacio aéreo, de detectar las aeronaves en circulación e informar ante cualquier eventualidad que pueda presentarse.
El jefe nacional de navegación aérea, Bruno Sánchez, informó que el proyecto está en fase de prueba, donde actualmente se está trabajando en obras civiles y próximamente se instalará definitivamente la antena radar civil, que recabará toda la información del sur del país y que enviará al centro de control en Cochabamba.
“Estimo que en dos meses más culminarán los trabajos y ya estará instalada la antena. El avance es considerable. Solamente faltan culminar las obras civiles y subir los equipos para instalar”, dijo.
Según Sánchez, esta antena permitirá detectar a todas las aeronaves que estén por el sur de Bolivia. Su cobertura es de 200 millas al este, y no así al oeste, porque hay mucha serranía en la zona.
“Se van a detectar muchas aeronaves que estén sobrevolando el espacio boliviano. La información que va a proporcionar el radar, es de un nivel secundario, es decir, realiza un control de tránsito aéreo de las aeronaves y estará a cargo de la Administración de Aeropuertos y Servicios Auxiliares a la Navegación Aérea (AASANA)”, manifestó Sánchez.
Sin embargo, existe el radar primario que permite detectar operaciones ilícitas, y lo controla la fuerza aérea y está siendo instalado en otros departamentos con el Beni y Pando, pero el Ministerio de Defensa dispuso un rada civil para Tarija, que solo permite el control aéreo nada más.
Sánchez añadió que el espacio aéreo boliviano era considerado “un punto negro” en el espacio Sudamericano porque no contaban con estos tipos de radares, pero ahora ya están entrando a la par de otros países.
Cabe recordar que en agosto del año 2016, Bolivia compro 13 radares de última generación de la una empresa francesa Thales por un monto de 216 millones de dólares.