Sucedió esta semana. Todo comenzó cuando una mujer mayor de edad y jubilada solicitó un préstamo a un organismo nacional, para luego recibir una llamada extorsiva de una mujer que se dijo familiar cercano. La víctima aseguró que solo su entorno más cercano sabía de la obtención de ese dinero, además del propio organismo.
“¿Anses tiene una fuga de datos?”, inquirió el hijo de la afectada, una mujer mayor de edad y jubilada, que a inicios de esta semana solicitó un préstamo y casi 48 horas después recibió el llamado de una joven que se dijo su hija y que requería se le entregara la parte que le tocaba “de la platita” recién obtenida.
El intento de estafa duró poco, ya que la mujer adivinó las intenciones y demoró cortar la llamada para obtener datos o indicios acerca de la autora, pero al no conseguir nada; excepto que revelara datos que solo había proporcionado al organismo nacional cuando solicitó el préstamo.
“Mi mamá necesitaba ese dinero y si lo pidió el lunes, el miércoles ya no tenía nada”, siguió el hijo de la mujer. “Sé de un caso más, y lo más probable es que no sean los únicos (…) se debe alertar a la población”.
“Esto es un delito informático (…) la policía lo único que pudo hacer fue patrullar el barrio”, agregó el muchacho.
Sobre el robo de datos, ya en 2018 habían llevado a que Anses conminara a las víctimas a realizar la denuncia o alertar a través del 130, con la diferencia que se referían entonces a solicitudes telefónicas sobre datos sobre tarjetas de crédito o claves personales bancarias, además de registrarse casos en que se cobraban por trámites cuando estos son gratuitos.
En mismo organismo recordó en la oportunidad, que posee una Coordinación de Investigaciones, dependiente de la Dirección de Asuntos Penales, Investigaciones y Sumarios, que fue creada con el fin de recibir las denuncias que se presentaren por fraude y estafa.
El “cuento del tío” y el “phishing”
El segundo término refiere a la manipulación que un “hacker” (ladrón informático) realiza con su víctima captada al voleo para obtener información confidencial de forma fraudulenta.
En general operan a través de un correo electrónico, o algún sistema de mensajería instantánea, redes sociales SMS/MMS, a raíz de un malware o incluso utilizando también llamadas telefónicas.