La investigación, iniciada por un procedimiento en septiembre de 2024 , llevó a la detención de un gendarme con revista en Santiago del Estero y a su tío panadero en Orán. Ambos quedaron bajo prisión preventiva a pedido del fiscal federal Marcos Romero, a cargo de la Sede Descentralizada Orán. La jueza de garantías Ivana Hernández también autorizó peritajes sobre los teléfonos para profundizar la investigación.
Este miércoles 19 de marzo, el fiscal federal Marcos Romero (Sede Descentralizada Orán) pidió a la jueza federal Ivana Soledad Hernández (Garantías de Tartagal) la formalización de la investigación penal seguida contra Jorge Flores (gendarme) y Héctor Flores (tío); de profesión panadero; por transporte de estupefacientes agravado por el número de intervinientes. En el caso del primero, por su calidad de funcionario de una fuerza de seguridad destinada a combatir ese delito. La investigación había comenzado en septiembre del 2024, cuando el conductor de un vehículo fue detenido con casi 10 kilos de cocaína ocultos en una bolsa de harina; misma que había retirado de una panadería, y llevó a establecer su vínculo con los Flores.
La jueza también autorizó peritajes a cinco teléfonos secuestrados y dictó prisión preventiva de los dos imputados. Ambos habían sido detenidos el martes pasado en allanamientos realizados en la ciudad de Orán (Salta) y en la provincia de Santiago del Estero; operativos a cargo de la División Investigaciones Complejas contra la Narcocriminalidad (DICON) de Orán y Capital y de la Sección Aguaray, de la Gendarmería Nacional. En la audiencia, Jorge Flores se identificó como integrante de la Gendarmería Nacional, con el grado de sargento y con revista en la unidad Destacamento Móvil N°5, de Santiago del Estero. Reconoció además el vínculo de parentesco con su tío, residente en Orán.
El fiscal señaló que la detención de los acusados resultó de la investigación abierta el 17 de septiembre del año pasado. Una patrulla de la División Vial de la Policía de la Provincia detuvo un automóvil Citröen C4, que circulaba de norte a sur por la ruta 50, a la altura de Hipólito Yrigoyen, cerca de Orán, para un control vehicular. El conductor, identificado como Sergio Peralta, llevaba en el baúl una bolsa de harina en cuyo interior había diez paquetes, con un peso de casi 10 kilos de cocaína, de una pureza del 84 % y de la cual se pueden extraer más de 307 mil dosis.

El conductor quedó detenido, se secuestró el teléfono celular que portaba, y de allí surgieron evidencias que profundizaron con tareas de campo e inteligencia criminal. La fiscalía identificó así a Flores y a su tío como otros intervinientes en el tráfico. Para Peralta, del proceso iniciado tras su detención, fue condenado a tres años de prisión en suspenso en el marco de un acuerdo pleno. De las imágenes recopiladas de las cámaras de video del Servicio de Emergencias 911 se observaba la llegada de conductor y vehículo a la panadería donde residía y trabajaba Héctor Flores (Alvarado al 60 – Orán), y su salida minutos más tarde con una bolsa de harina de la misma marca que luego le fue secuestrada con la droga en su interior.
El fiscal Romero expuso una serie de comunicaciones entre el panadero con su sobrino gendarme a través de otro pariente, revelando que la droga incautada tenía como destino Santiago del Estero; como también supo que Jorge Flores esperaba en el sur de Salta el cargamento para continuar su traslado. De otras comunicaciones interceptadas, surge que el gendarme; dado que no llegó el vehículo con la droga y desconociendo lo ocurrido; asumió que el transportista se había quedado con la carga. En cuanto al panadero, se le secuestraron dos envoltorios con 10 gramos de cocaína, un arma de fuego, una suma de 1.2 millones de pesos argentinos, 2.000 dólares y cuatro teléfonos celulares, entre otras evidencias cuando fue detenido.
Fue un can antinarcótico, usado en el procedimiento, el que reaccionó ante el olor residual del estupefaciente en un sector de la panadería oranense, donde la droga estuvo oculta hasta que el conductor del Critröen se presentó y se llevó la droga para su traslado a Santiago del Estero. Así, el fiscal pidió la prisión preventiva por 60 días dada la naturaleza y gravedad del hecho, el riesgo procesal de fuga y de entorpecimiento, la escala penal y las facilidades que ambos tienen para evadir el accionar judicial, tanto por la capacidad económica, el conocimiento de la zona y, en el caso del gendarme, su experticia para moverse por la frontera.
La defensa del panadero no presentó objeciones a la imputación ni el pedido de prisión preventiva, mientras que en el caso del gendarme solicitó que la medida de coerción se cumpla bajo la modalidad de arresto domiciliario, en razón de tener familiares que atraviesan graves problemas de salud; a lo que la fiscalía se opuso debido a la ausencia de documentación que lo probara; y se recordó que aún resta identificar a otros implicados del caso, lo cual fue aprobado por la jueza. (Ministerio Público Fiscal de la Nación)