Fiscalía General de Salta.- El ahora condenado, de nacionalidad boliviana, fue detenido el pasado 23 de marzo en el Puente Internacional Salvador Mazza mientras intentaba ingresar al país 131 kilos de cocaína de alta pureza y 22 kilos de marihuana ocultos en el acoplado térmico de un camión.
El Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 2 de Salta condenó a ocho años de prisión a un transportista de nacionalidad boliviana por el delito de contrabando de importación de estupefacientes destinados a su comercialización, en grado de tentativa. En la causa intervinieron Carlos Amad, titular de la Fiscalía General de Salta, y la auxiliar fiscal Soledad Cabezas, quienes habían solicitado una pena de diez años.
La causa se originó el 23 de marzo del corriente año en el Puente Internacional San José de Pocitos-Profesor Salvador Mazza. Allí, Renan Blas Cata fue detenido mientras intentaba ingresar al país desde el Estado Plurinacional de Bolivia mientras conducía un camión de su propiedad con un cargamento de bananas.
Luego de un análisis de imagen a través de scanner, se procedió a revisar el vehículo, y ocultos en la pared frontal del acoplado térmico del camión se hallaron ciento veintitrés paquetes de cocaína con un peso de 131,008 kilos y otros veintidós kilos de marihuana, repartidos en veinte panes compactos.
Según las pericias, de la cantidad de cannabis secuestrado era posible extraer más de un millón doscientas mil dosis umbrales con una valuación de treinta y un mil cuatrocientos treinta ocho dólares. El clorhidrato de cocaína hallado en el camión tenía un grado de pureza que oscilaba entre el 70,097 y el 96,28 por ciento, de los cuáles era posible extraer más de un millón de dosis umbrales, con una valuación de más de un millón setecientos cinco mil dólares.
En su requerimiento de elevación a juicio, los representantes del Ministerio Público Fiscal destacaron que las circunstancias de la causa permitían afirmar que el ocultamiento del estupefaciente constituyó “un ardid hábil ideado para intentar burlar el control aduanero, obviando su intervención, que es lo que la ley castiga”.
Para Amad, la conducta de Cata “fue clara al intentar, mediante el ocultamiento en el interior de la pared frontal del transporte, inducir a error a las autoridades que ejercen control en las zonas limítrofes, con el fin de importar cocaína y marihuana, iniciando la ejecución del delito de contrabando, no logrando consumar el mismo por circunstancias ajenas a su voluntad, quedando el delito en grado de tentativa”.
En su declaración indagatoria, el imputado aseguró desconocer el contenido oculto en el vehículo. El fiscal descartó este argumento al resaltar que el tiempo de trabajo que lleva la realización del formado en la pared del camión térmico para el ocultamiento de la carga demanda tiempo, herramientas específicas y mano de obra especializada.
“El encartado, conocedor de su propio camión, no puede ignorar una modificación como la señalada, él intenta con su descargo deslindar la responsabilidad penal”, agregó Amad.