La Dirección General de Coordinación Epidemiológica de Salta se reunió en Tartagal con el equipo médico local debido al aumento de casos de lehismaniasis visceral, 8 hasta la semana epidemiológica 37 de 2024, pero que eleva a 59 el total, sumando desde 2008. Se agregó que registran dos personas fallecidas por la enfermedad, con domicilio declarado en Tartagal. La enfermedad afecta tanto a humanos como perros, producto de la picadura del mosquito “torito”.
El director Francisco García Campos explicó que se viene observando una tendencia creciente de casos de leishmaniasis visceral en los departamentos San Martín y Rivadavia, catalogados epidemiológicamente “riesgo medio a alto”, de acuerdo ICTLv (Índice combinado Trienio Leishmania Visceral) del último trienio. Se revisó la organización de los servicios para proporcionar un tratamiento oportuno para las complicaciones asociadas y el control de casos graves. La OMS destaca que existen tres formas principales de leishmaniasis, siendo la visceral la más grave porque, a falta de tratamiento, casi siempre resulta fatal (90 por ciento de los casos).
El informe de Epidemiología de Salta especifica que fue en el período 2001-2021 que la Región de las Américas registró 69.665 nuevos casos de leishmaniasis visceral (LV), con un promedio anual de 2.488 casos; que hacia el 2021 habían reducido al al 9.5 por ciento comparado al 2020 y en un 57 por ciento comparado con los 4.228 casos del 2017, la mayor cifra registrada en el período analizado; en buena parte debido al impacto global del Covid-19. Sin embargo, Venezuela, Paraguay y Argentina informaron un aumento significativo del número de casos a 2021-2022 (400%, 123% y 45.5%, respectivamente) en relación al 2020.
Sólo Chile no registra casos de este tipo. En Argentina, en el 2000 se detectó el vector y en Misiones, pero el primer caso humano data del 2006 y desde allí se extendió a otras provincias: Corrientes, Santiago del Estero, Formosa, Salta (primer caso informado en 2008), Entre Ríos y Chaco, donde aparecieron posteriormente casos en humanos. Aparte, se dieron casos caninos y autóctonos en Córdoba y Jujuy (Pampa Blanca); mientras que Salta anunció el primer caso humano autóctono en 2009.
Los afectados con leishmaniasis visceral deben solicitar atención médica inmediatamente, ya que el diagnóstico precisa de síntomas y análisis de laboratorio parasitológicas o serológicas (como pruebas de diagnóstico rápido) para corroboran las manifestaciones clínicas e iniciar urgente el tratamiento; que depende de varios factores: forma de la enfermedad, presencia o ausencia de patologías concomitantes, especie del parásito y localización geográfica (puede ser que el paciente se interne de 7 a 10 días para un seguimiento y evolución).
En las personas, la leishmaniasis visceral afecta al bazo, hígado, médula ósea y otros órganos y los síntomas son fiebre prolongada, aumento de tamaño del abdomen, pérdida de apetito, disminución de peso, tos seca, diarrea y vómitos; y en los perros son decaimiento, falta de apetito, falta de pelo y descamación especialmente alrededor de los ojos y en el hocico, crecimiento exagerado de las uñas, úlceras en la piel y hemorragia nasal. La enfermedad se puede tratar y curar, pero el paciente precisa un sistema inmunitario competente porque los medicamentos, por sí solos, no eliminarán el parásito del organismo. El tratamiento, completo, se aplica a todo paciente diagnosticado en base a los informes técnicos de la OMS, y las directrices para el tratamiento de la leishmaniasis en las Américas.