Alrededor de 100 pasadores oriundos de Tartagal iniciaron ayer lunes un bloqueo en el camino que dirige a paraje El Chorro, en reclamo de aumento a los comerciantes bolivianos. Actualmente, por la labor de carga y descarga que realizan se abona entre 14 y 16 pesos la bolsa, monto que exigen se eleve a 20 pesos. Entre los fleteros cundió el malestar por lo que consideran una invasión de sus caminos por un reclamo ante una actividad ilegal.
El periodista Raúl Costes repasó la situación surgida ayer en la localidad de frontera. Previamente, señaló, la situación de los pasadores viene provocando una serie de inconvenientes en Salvador Mazza. Para comenzar, y tratándose de trabajadores abocados al transporte ilegal de carga (contrabando); gran parte llegados desde Tartagal y en menor medida de Aguaray y Embarcación; suelen quedarse la semana entera en frontera, e incluso fines de semana ante el aumento de la demanda de mano de obra en El Chorro.
“Se volvió cotidiano ver grupos de ellos en las cercanías a la Terminal de Ómnibus, en la Plaza 9 de Julio o en otros sectores (…) duermen al aire libre, beben, coquean y hacen sus necesidades al aire libre, sin preocuparse por los vecinos o que circulen menores de edad, incluso atrevidos con las estudiantes que transitan por allí”, relató Costes.
La situación no es ajena para la gestión del comisionado interventor Adrián Zigarán. No hace mucho se ubicaron las oficinas de la Dirección de Transporte en la abandonada área de despachos de encomiendas de la Terminal, espacio que un grupo de 10 pasadores había convertido en dormitorio y se resistía a ser sacados de allí. Desde que se consiguió el objetivo, permanece en el lugar consigna policial para evitar una nueva ocupación.
Los pasadores comenzaron con el bloqueo en el camino a Paraje El Chorro en exigencia a un aumento en el pago por bolsa o bulto que mueven clandestinamente desde Argentina a Bolivia (actualmente a 14 y 16 pesos) que les remiten comerciantes bolivianos para abastecerse, y exigen que se eleve a 20 pesos; ítem que fue rechazado.
Teniendo en cuenta que el camino, cercano al borde internacional que divide a los dos países, une el centro de Salvador Mazza con el paraje en una distancia de 3 kilómetros, para los residentes y fleteros que diariamente se trasladan a uno y otro punto no solo es un problema mayor sino que lo consideran una invasión de ciudadanos ajenos a la localidad para un reclamo de ganancias en una actividad ilegal. “Si algún fletero o trabajador de Salvador Mazza llevara su reclamo a Tartagal, sin dudas que le impedirían efectuarlo”, decía el dirigente Raúl Zigarán (UTD), también fletero de profesión.