Poder Judicial Salta.- La Sala Quinta de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial confirmó la sentencia de primera instancia dictada en una acción de defensa del consumidor que condenó a la ferretería Ferbazel y a su dueño a pagar a una clienta la suma de 104.347 pesos más intereses a la tasa activa del Banco Nación.
La apelación fue presentada por quien fuera condenado como dueño invocando no serlo, aunque no presentó pruebas al respecto y por el contrario no explicó las razones por las cuales las facturas contenían su nombre. Además había desconocido las compras realizadas por la pareja.
Los jueces Alfredo Gómez Bello y Martín Coraita confirmaron la sentencia que fuera dictada por la jueza de primera instancia en lo Civil y Comercial de Primera Nominación de Tartagal, Griselda Nieto.
La causa comenzó cuando una pareja se presentó en 2015 en la ferretería comprando allí distintos materiales de construcción acordando retirarlos en la medida de las necesidades. Incluso cada una de las facturas de compra tenía la leyenda “a retirar”. Pero cuando intentaron retirar lo adquirido solo recibieron evasivas como respuesta por lo que hicieron una presentación en la Secretaría de Defensa del Consumidor.
La ferretería Ferbazel cerró posteriormente, tras lo cual hubo denuncias de otros damnificados, según informe de la Oficina de Consumidores de Aguaray.
En su resolución de primera instancia la jueza consideró que quedó demostrado la “falta de cumplimiento contractual ante la falta de entrega de la mercadería por parte del demandado, la inconducta del demandado con sus correspondientes consecuencias jurídicas. Por otra parte, ha quedado asimismo acreditado el daño causado a la actora por el demandado”.
Por ello le dio curso al reclamo por daño material, moral y punitivo reclamado. También el trato indigno recibido y la falta de información brindada.