Fuertes ráfagas de viento, lluvias intensas y granizo afectaron la localidad, dejando a su paso numerosos destrozos. Los vientos huracanados derribaron árboles que cayeron sobre vehículos y casas, causando daños significativos. Las calles de la ciudad se inundaron rápidamente, esparciendo ramas y otros desechos por doquier.
Durante varios minutos, las piedras de hielo (granizo) golpearon con fuerza, aumentando la sensación de caos y emergencia. Entre los incidentes más destacados se encuentra la caída del tinglado del galpón donde estacionan los micros de la empresa Veloz del Norte, ocasionando importantes daños tanto en la estructura como en algunas unidades de transporte.
Las imágenes compartidas por el periodista Raúl Costes mostraban un panorama desolador. Calles convertidas en ríos, techos arrancados y árboles caídos eran la tónica en las zonas más afectadas. Las autoridades locales se encuentran trabajando arduamente para asistir a las familias damnificadas y realizar una evaluación completa de los daños materiales causados por el temporal.
Gran parte de la localidad aún no ha recuperado el servicio eléctrico, aumentando la dificultad de la situación. Los equipos de emergencia y las cuadrillas de trabajo están dedicados a restablecer el suministro de electricidad, pero los daños a la infraestructura han ralentizado el proceso. Mientras tanto, la comunidad se organiza para brindar apoyo y solidaridad a quienes más lo necesitan en estos momentos de crisis.
