El Tribunal Oral Federal N° 1 de Córdoba condenó al ex profesor universitario Luis Olmedo a 8 años de prisión y 10 años de inhabilitación por obligar a los estudiantes de la Facultad de Odontología de la Universidad Nacional de Córdoba a pagar fuertes sumas de dinero para aprobar la materia que dictaba. El docente, como profesional odontólogo, ejerció en Tartagal entre los años 70 y 80 antes de iniciar su carrera en la provincia mediterránea.
La investigación del caso inició en 2020, luego que una persona llegara hasta la fiscalía federal del Dr. Maximiliano Hairabedián en consulta relacionada a la práctica del docente. Con el ex docente fueron condenados sus cómplices, Adrián Casalis (57) y Augusto Massimino (43); a 5 años y 6 meses, y 5 años de prisión respectivamente; administradores de la academia privada a la cual los estudiantes debían concurrir obligadamente para aprobar la cátedra Microbiología e Inmunología de la cual Olmedo era profesor titular. Los fundamentos de la condena se dieron a conocer la semana pasada y además de los tres hombres, la ex decana de la Facultad, Mirta Mónica Spadiliero De Lutri (71), recibió 1 año y 10 meses de prisión condicional por incumplimiento de los deberes de funcionaria pública.
El caso coloca en entredicho el prestigio de la Universidad Nacional de Córdoba, ya que la suma que debían pagar los estudiantes osciló por alrededor de 25 años entre los 600 y 1.000 dólares. Trascendida la situación en el país y en el exterior, los testimonios de ex alumnos comenzaron a surgir y fueron muchos los que se aportaron sus experiencias a la fiscalía. En el ámbito universitario incluso llegó a trascender que futuras investigaciones irán dirigidas al actual decano Guillermo De Leonardi y la ex decana María del Carmen Visvisian por idéntico motivo al aplicado a De Lutri.
Luis Augusto Olmedo (70) inició como militar y llegó al grado de Teniente, trabajando como odontólogo en el área privada de salud en Tartagal a fines de los años 70; considerado el primer odontólogo profesional de la ciudad. Tras ser apartado de la fuerza, se radicó en Córdoba e inició así su carrera en la docencia universitaria, primero como jefe de trabajos prácticos. Posteriormente, mediante concurso; entre 1988 y 2004; ejerció la docencia al frente de Microbiología, pero en 2007 ganó el concurso para docente titular con dedicación exclusiva y desde ese momento, se estima, la exigencia de concurrir a su academia se tornó más amenazante para aprobar la materia.