Ministerio Público Fiscal.- La Procunar NOA logró la condena de todos los eslabones del transporte de 29 kilos de marihuana. Con el resultado de este debate, se acreditó la responsabilidad de once implicados en la maniobra: desde la persona que pasó la droga de Paraguay a Salta hasta los jefes de la banda. El resto fue condenado en juicios abreviados. El tribunal de juicio estuvo presidido por Federico Díaz e integrado por Liliana Snopek y Marcelo Juárez Almaraz.
El Tribunal Oral Federal N°1 condenó este miércoles 12 a Enzo Arias y a Ramón Jesús Cortez a la pena de 6 años y 8 meses de prisión efectiva, por el delito de transporte de estupefacientes agravado por el número de intervinientes, en calidad de coautores, mientras que por el mismo delito y forma de participación impuso la pena de 7 años y seis meses de prisión a Teodoro Arias, padre del primero.
El tribunal, presidido por Federico Díaz e integrado por Liliana Snopek y Marcelo Juárez Almaraz, dispuso que la pena impuesta a Teodoro Arias sea cumplida bajo la modalidad de arresto domiciliario debido a la grave situación de salud que atraviesa. Los tres condenados habían sido declarados penalmente responsables el 28 de abril, cuando el tribunal dio a conocer su primer veredicto en el marco de este juicio, que dio inicio el 5 de marzo pasado y seguido bajo el sistema acusatorio.
Tal como lo hizo en sus alegatos, el fiscal general Eduardo José Villalba (representó al Ministerio Público Fiscal), resaltó haber llevado a juicio a todos los eslabones de la cadena de tráfico de la droga. “En este caso, y gracias a las herramientas procesales y técnicas investigativas del nuevo Código Procesal Penal Federal, se pudo presentar todo el cuadro a los jueces, algo que, con el sistema mixto, nunca sucedió y mucho menos en el tiempo que demandó este caso”.
La investigación
Inició el 26 de julio de 2019, cuando un informe de inteligencia de la Gendarmería Nacional dio cuenta del accionar de una organización que traficaba droga procedente de Paraguay, desde Alto La Sierra (Rivadavia) a la capital de Salta. Desde ese punto de partida, Procunar NOA; con la intervención de los auxiliares fiscales Mariana Gamba Cremaschi y Jorge Viltes Monier; llevó adelante varias pesquisas, de las cuales participaron efectivos de la Unidad Especial de Investigaciones y Procedimientos Judiciales de la Gendarmería Nacional.
El 18 de octubre de ese año, el fiscal Villalba supervisó en tiempo real una serie de allanamientos y procedimientos, previamente solicitados al Juzgado Federal de Garantías N°1, que derivaron en la detención de todos los implicados. En poder de Sergio Lapad y Nicolás López, el primer hijo del jefe de la organización, se secuestraron 29 kilos de marihuana que habían salido de Morillo y tenían como destino una vivienda en Embarcación.
En la Capital, en tanto, fueron detenidos Juan Lapad, quien dirigía la organización que pretendía comercializar en distintas bocas de expendio la droga incautada. Al respecto, el fiscal resaltó la gravedad de esta actividad, pues la marihuana secuestrada equivale a 283 mil dosis que podrían haber afectado la salud de 300 mil personas. En su alegato resaltó también el poder e influencia que ostentaba esta organización en Morillo y Alto La Sierra, pues puso de relieve que su jefe es hermano de Mashur Lapad, actual senador por el departamento Rivadavia y vicepresidente de la Cámara de Senadores de la provincia.
En tal sentido, recordó que Enzo Arias, quien junto a su padre eran los encargados de obtener la droga incautada, llamó por teléfono a Juan Lapad, luego de las detenciones, y le pidió que “vaya a solucionar esto que no es tanto”, según surge de una comunicación telefónica interceptada. La fiscalía avanzó con la detención e imputación penal contra Juan Lapad, su hijo Sergio -quien era su mano ejecutora en el chaco salteño-, como de los Arias, quienes negociaron la droga con Eduar Santillán, el responsable de pasar la marihuana desde Paraguay a Salta.
Marcelo Cruz, Diego Juárez, Santiago Figueroa y Eva Choque, en tanto y con distintos roles en el traslado y almacenamiento de la droga en Embarcación, también fueron imputados y pedidos sus detenciones, con lo que el número de implicados llegó a once. Tras la formalización del caso, los Lapad, López, Santillán, Cruz, Juárez, Figueroa y Choque reconocieron su participación en la operación de tráfico y, por ello, recibieron condenas de 4 a 6 años de prisión, en el marco de juicios abreviados.
Juicio oral
Los Arias y Cortez, en tanto, rechazaron esa posibilidad, promovida por el nuevo código para arribar a una resolución de conflicto. En su defecto, los tres acusados fueron juzgados entre el 5 de marzo pasado y ayer, lapso en el que se realizaron numerosas audiencias, tanto para recibir la declaración de los testigos como de los propios acusados.
El fiscal Villalba expuso el 27 de abril en su alegato las pruebas reunidas en contra de los acusados. En ese contexto, resaltó las contradicciones en las que incurrieron los tres acusados y describió el rol que los Arias y Cortez tuvieron en el tráfico de la droga. Al respecto, recordó que los hechos fueron reconocidos por los acusados. Para ello, repasó algunas de las conversaciones telefónicas interceptadas en la investigación. En una de ellas, Sergio Lapad le preguntó a Enzo Arias sobre la calidad de la mercancía y mencionó “el cogollo” y “el cripi”. Este último respondió que el producto es el “más prensado” y que así le podía sacar más ganancia.
Por otra parte, Villalba recordó que dos días antes de los procedimientos, Sergio Lapad habló con Cortez y le comentó que la carga ya estaba en Morillo, gracias a “una apurada” que le “pegó” a los Arias, para luego preguntar si el “auto está listo” para llevar la droga de Morillo a Embarcación. En cuanto a Teodoro Arias, el fiscal resaltó un diálogo en el que Sergio Lapad le reclamó por la demora en entregarle la droga. “Don Arias, escúcheme. Yo he encargado cigarrillos y ¿me llegan mañana los cigarrillos?” y “voy a necesitar la plata porque no puedo estar parado más tiempo, don Arias”, reprodujo Villalba.
Para calmar a su interlocutor, añadió el fiscal, Teodoro Arias le respondió que “ya en la nochecita te digo dónde vas a retirar”. Su hijo Enzo, en tanto, le trajo mayor tranquilidad al decirle: “Yo quiero que te quedes tranquilo, que lo del grandote (por Sergio Lapad) ya ha quedao, no te hagas problemas”. Con estos elementos, la fiscalía dejó probada la participación de los Arias y Cortez en el hecho. Tanto fue así que, al resolver sobre responsabilidad de los tres acusados, el tribunal siguió prácticamente la misma línea argumentativa del fiscal. Consideraron que Cortez, dada las pruebas presentadas por la fiscalía, no sólo participó en la logística del traslado de la droga de Morillo a Embarcación, sino también que era dueño de parte del cargamento, pues tenía clientes que esperaban su producto.
Veredicto final
En la audiencia celebrada ayer, durante el denominado juicio de cesura, la fiscalía ratificó su posición frente a los tres acusados, repasó las pruebas en su contra y presentó testigos respecto al uso de los vehículos utilizados para el tráfico, entre ellos un automóvil VW Bora, en el que se manejaba Sergio Lapad, y en el cual viajaba con la droga.
También valoró la titularidad del automóvil Chevrolet Corsa, utilizado por Cortez, quien es empleado de la Municipalidad de Embarcación. En este marco, declararon los dueños anteriores de ambos rodados, quienes no tienen interés en los mismos, por lo serán decomisados. El fiscal, por último, describió al cargamento como “un gran flagelo que tiene como principal afectada a la familia, cuyos integrantes sufren las terribles consecuencias de la venta de drogas en las bocas de expendio al menudeo”.
Respecto a la pena, el fiscal tuvo en cuenta la falta de antecedentes de los acusados y solicitó para los Arias 7 años y 6 meses de prisión, mientras que para Cortez requirió 6 años y 8 meses de cárcel. Por su parte, el defensor oficial, Agustín Mogaburu, reclamó una condena de 6 años para los tres imputados. El tribunal, tras la deliberación del caso, varió la pena pedida por la fiscalía en torno a Enzo Arias, a quien condenó a 6 años y 8 meses de prisión, mientras que mantuvo la modalidad de prisión domiciliaria para su padre, la cual también fue tenida en cuenta por la fiscalía. Por último, se ordenó el decomiso de los dos vehículos y de 10 teléfonos celulares, entre otros elementos.