Un equipo técnico del Conicet llegó a relevar el estado de situación de nichos del mosquito aedes aegypti en Tartagal. Hace 20 años llegaron para determinar cuál era el mal que comenzaba a afectar a la población con síntomas de fiebre, resfrío y dolores musculares. En ese momento hallaron nichos en proporción de 200 cada 100 casas; es decir 2 por domicilio. Hoy se registra en cada casa 3 nichos. Datos que preocupan.
Nicolás Schweigmann, profesor e investigador de Exactas UBA con una larga experiencia en el estudio de mosquitos, encabeza el equipo de investigación que integran 4 personas y que releva domicilios en nuestra ciudad, para recabar datos hasta hoy (partían al mediodía); luego de tres días de trabajo; para después dirigirse a otras localidades de Salta y luego a Tucumán.
Este estudio es resultado de un convenio con el Ministerio de Medio Ambiente de Salta, y en menos de 60 días deben entregar un informe, pero después hacemos estudios genéticos y mucho estudio del material colectado.
En 1998 estuvo ya en nuestra ciudad cuando ocurrió la primera epidemia de dengue en el país. En ese momento, se hizo presente una delegación en nombre de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para relevar el estado de situación.
“No se sabía si era dengue o qué cosa (…) había una preocupación social muy grande”, recordó. Entonces midieron 200 criaderos del mosquito cada 100 viviendas; “es decir, 2 criaderos por domicilio”; recordó Schweigmann, director del Grupo de Estudio de Mosquitos (GEM) de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA (Universidad de Buenos Aires) e integrante del Conicet; Centro Científico Tecnológico.
Los resultados que pueden ir compartiéndose son preocupantes. En 20 años, “de 200 pasamos a 300 criaderos en 100 casas (en promedio, 3 criaderos por casa). Están peor que antes”, dijo el profesor.
En Tartagal se han relevado 30 casas, mientras que en Orán se ingresó a 50 domicilios. Una de las mayores sorpresas que se llevan los investigadores es que la gente conoce al mosquito Aedes Aegypti, pero no conoce a la larva en estado natural. “La describen por lo que vieron en un folleto o dibujo”, señaló el investigador, “y cuando se la mostramos presente en su casa se llevan una sorpresa”.