Durante la semana se mantuvo la cotización de la moneda argentina a 15 centavos en peso boliviano, situación que acrecentó la preocupación de los comerciantes en frontera por la reducción de entre un 60% y 80% en las ventas, tanto mayoristas como minoristas.
La variación del peso argentino con relación al boliviano, aún es imperceptible en la afluencia de argentinos que hacen compras en los mercados de Yacuiba y San José de Pocitos, aunque hay quienes señalan que estos aprovechan para conseguir dólares en territorio nacional, informó diario El Deber de Bolivia.
El ministro de Economía, Mario Guillén, coincidió con el ‘vice’ y agregó que el modelo económico argentino priorizó el mercado externo, se abrió a la inversión extranjera, y al no generar lo suficiente, devaluó su moneda, lo que ocasionó un desequilibrio en sus valores de pago.
El presidente de la Asociación de Bagalleros Gran Chaco, Venancio Ochoa, quien aseguró que el flujo de mercancías no es estable para los casi 800 trabajadores afiliados. Al ser consultado si teme por un posible aumento del traslado informal de productos, expone que ese no es asunto de él y que son las autoridades las que deben investigar.
Sin embargo, hay quienes no coinciden con la palabra de las autoridades, como el presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Marco Antonio Salinas. El ejecutivo señala que todo lo que sucede en Argentina le afecta a Bolivia, tanto en importaciones como en exportaciones, sobre todo a las empresas que producen alimentos.
El país gobernado por Macri es el segundo socio comercial de Bolivia en la compra de gas natural, después de Brasil.