
Los vecinos hicieron saber que hace 15 días conviven con aguas servidas, situación que a mitad de semana se les tornó insoportable por las altísimas temperaturas en la región. El punto de fuga es la calle Jericó, de Misión Cherenta al final. “Estos días caminaron por allí los políticos, pero no hemos visto una solución todavía”, dijo una vecina, “siempre nos pasa lo mismo”.
De acuerdo con el relato de la vecina, de apellido Molina, es bastante frecuente que los residentes en Nueva Esperanza y Misión Cherenta deban soportar vivir con malos olores, que en días de calor como los ocurridos esta semana se potencian.
“El colectivo pasa por la calle, autos, y no se hace nada (…) no podés comer porque todo te queda en la garganta”, apuntó la señora, ya que la calle está pavimentada, pero incluso habiendo sido recorrida por el cierre de las campañas, aseguraron que tampoco hubo una palabra al respecto.
La cloaca desborda a la altura de la intersección de calles Jericó y San Lucas (esta que divide a Misión Cherenta de Nueva Esperanza). Los residentes en alrededores; además de los olores que llegaban hasta hace unas semanas atrás desde el canal de desagüe; han llegado al punto de vivir con las ventanas cerradas.