Ocurrió ayer jueves por la tarde. Originarios de la comunidad La Merced se enteraron que en la Iglesia San Ignacio de Loyola habían donaciones que envió la Aduana de Orán y se dirigieron allí para exigir que se les hiciera parte. Hubo momentos de tensión, de manera que el cura párroco Sergio. Finalmente se les entregó una parte para evitar disturbios.
Fernando Soria, vecino de Santa Victoria, aclaró así lo que ocurría en la localidad, que llegó incluso a alarmar a la población. El cura párroco; Luis Gómez; llamó a mantener la calma y sin intenciones de llegar a una confrontación, pidió que la municipalidad enviara sus camiones para que se retirara todo lo que llegó en calidad de donaciones.
Hasta la iglesia llegaron 300 personas, mientras que en ese momento habían 5 del grupo católico, que limpiaban el lugar. Al pedir ayuda al municipio se apostaron 5 policías ante el portón, que fue cerrado para evitar un copamiento.
“La Aduana de Orán envió esas donaciones para que se repartiera entre los 60 jóvenes del grupo pastoral, que trabajaron los días pasados en la contención del anillo, día y noche con palas, carretillas y bolsas arpilleras, impidiendo que entre agua a todo el pueblo”, relató Soria.
Ese envío también destinaba parte a los mil pobladores que no dejaron sus hogares para resguardar las pertenencias de su familia. “La familia Palma; de La Merced; llegó ayer y exigió que les dieran a ellos esas donaciones“, continuó.
El envío en disputa estaba constituido por cuatro cuchetas, un split (aire acondicionado), una cama sommier, además de colchones, calzado y otros elementos. La comunidad cristiana de Orán se solidarizó con lo ocurrido. La secretaria del área de Obras Públicas, Berta Ayala, fue quien retiró las donaciones y llevó todo a la municipalidad
“Eso me molestó particularmente porque yo recibí y envié tres cargas de donaciones para La Merced y aparte, una señora de Santa Fe trajo donaciones para la misma localidad”, reveló. “Siempre es la familia Palma la que causa este problema (…) la comunidad los sigue porque son caciques y representantes”, concluyó.
Pese a que todo finalizó en aparente calma, la desazón hizo que varios se salieran del grupo católico, cansados de los atropellos de este grupo de originarios; que abusan de su condición de tales. Los sacerdotes de la Iglesia, sin embargo, llamaron a permanecer unidos poniendo la solidaridad y el trabajo en equipo por sobre todo.
El Dato
– En Tartagal ocurrió un hecho similar el 2 de febrero, cuando un grupo de estudiantes reunía donaciones para los evacuados en centros de la ciudad. Pertenecían a la comunidad de Km 6. Llegaron incluso al punto de cortar una calle para que se entregara a ellos lo juntado, arguyendo que nunca recibían nada de la Municipalidad.