El fallecimiento de una niña por aparente consumo de alimento en mal estado llevó a que el ejecutivo municipal ingresara al Concejo Deliberante un proyecto de resolución mediante el cual bogan por la instalación de una oficina de Bromatología. En tanto, se prohibirá la venta de comida en las calles.
Con fecha 9 de marzo, la casa comunal envió su resolución 20/19; destinada a la regulación de la venta de comida en la vía pública; para tratamiento y estudio del Concejo Deliberante.
El texto contempla no solo la instalación de una oficina de Bromatología; área de la cual carece la Municipalidad; como también la implementación de cursos y capacitaciones obligatorias para todo aquél que se dedique a la venta de alimentos, ya sean locales al paso o fijos.
Apela también a lo que establece la Ley Orgánica de Municipalidades y en tres artículos establece; como primer punto; que se prohíbe la venta de alimentos en las calles; ambulante o fijo; hasta nuevo aviso.
En el artículo segundo se instituye el uso de la fuerza de Policía en conjunto con los inspectores municipales para que se cumpla la normativa.
Es la segunda vez que ingresa un documento de este tenor al Concejo, que ya había ocurrido en octubre del año pasado. En otro momento también se había analizado incluso la posibilidad de llevar personal de Tartagal para controles; pero las iniciativas quedaron en nada.
Un sector de la población se mostró disconforme con el documento de la Municipalidad, al sentirse afectados por lo que dispone. Atentos a la situación, el Concejo llamó a una reunión para este jueves por la mañana, misma que se desarrollaría en la Municipalidad.
Los locales hicieron notar que se debe priorizar a los vendedores de Victoria, ya que no es ajeno a la localidad que en los días de cobro llegan hasta el chaco salteño tanto de Tartagal como de Salvador Mazza para ofrecer desde comida elaborada hasta frutas y verduras.