La actriz de 23 años vivió el pasado jueves el avant premiere de la película “Sangre Blanca”, filmada en la frontera argentino-boliviana bajo la dirección de la salteña Bárbara Sarasola-Day. En la cinta, De Dominici es “Martina”, una joven que definió como “una persona normal viviendo una situación extraordinaria”.
Eva De Dominici (23) protagoniza la película junto a Alejandro Awada, y el pasado jueves 20 se realizó el avant premiere en Capital Federal (con la ausencia de Awada); mientras que el estreno oficial está fijado para mañana jueves 27 de Septiembre.
En una entrevista de la revista “Watt”, la actriz dialogó sobre su personaje en ficción; Martina; “una chica que cruza un frontera con cápsulas de cocaína metidas en el cuerpo”, y sobre el impacto que le provocó la zona de frontera Salvador Mazza-San José de Pocitos.
¿Cómo fue interpretar a Martina?
Me interesaba mucho porque cuando leí el guión, era muy fuerte. Digo fuerte estructuralmente, estaba muy bien, no sentía que había que hacerle nada, ni que tenía mucho para mejorar. Estaba muy bien. Lo más interesante es que Martina es una persona normal viviendo una situación extraordinaria. Es una persona que es ajena a todo lo que está viviendo. Está en una frontera, un lugar que no le corresponde. Se queda con un cadáver en la habitación de un hotel de frontera con una persona que conoció hace dos semanas. No sabe a quién recurrir y llama a su padre que la abandonó y es un completo desconocido. Y por otro lado juega un juego que le queda tan grande que ella no tiene idea. Es una persona que vive una situación que no le pertenece.
¿Personalmente cómo lo viviste?
La película fue filmada en el Chaco salteño y en la región del gran Chaco boliviano. Filmamos la película en la frontera de Bolivia con Argentina que se conoce como la zona de Pocitos, y esa zona está todo el tiempo en las noticias tal vez por el narcotráfico pero nadie sabe qué aspecto tiene. Es una zona super tropical, muy verde, que tiene ríos, cerros, una diversidad cultural enorme. De repente hay guaraníes, descendientes de sirios, alemanes, una comunidad menonita grande. Y te impresiona tanta diversidad porque es algo que no lo tenemos tan lejos, está acá en Argentina. Y es muy distinto a lo que yo estoy acostumbrada a ver en Buenos Aires y además está muy lejos de cualquier urbanización, es una zona rural y de repente vos querés ir a estudiar a la universidad de Salta y tenés 7 horas de viaje en auto. Es un montón.
¿Cómo fue trabajar con una directora mujer?
Hay más confianza. Pero creo que también tiene que ver con el guión, la historia del personaje es pasar por momentos desagradables todo el tiempo. No sé si un hombre hubiera puesto la mirada de hombre con alguna carga o algún deseo y tal vez lo hubiera visto de otra forma. No lo sé porque tampoco me voy a poner a suponer. Pero esta película en particular no tiene nada erotico ni ninguna una carga sexual. De hecho hay una escena de sexo pero es completamente desagradable, todo el tiempo decis por Dios pobre mina, las situaciones que está viviendo.”