Esta madrugada se concretó, finalmente, el desalojo de un predio usurpado en Barrio Nacional. En las corridas con los manifestantes, contra quienes se arrojaron gases lacrimógenos, los vecinos denunciaron que hubo daños a la propiedad privada. Cherenta y Los Tobas realizaban una manifestación contra los efectivos que resguardan el lugar, con cierre momentáneo del acceso al barrio.
El desalojo de alrededor de 150 personas que usurpaban un terreno ubicado sobre calle Urquiza y lindante con una estación de GNC comenzó a las 5.30 horas. Antes, los usurpadores habían sido intimados al desalojo pasivo y ante la negativa, el fiscal solicitó al Juzgado de Garantías 1 su desalojo.
El fiscal penal 1 de Tartagal, Gonzalo Vega, fue quien tomó intervención ante la denuncia de usurpación del terreno ubicado entre San Lucas y pasaje Betania. Tras el reintegro del inmueble a su propietario, se dispuso una consigna para evitar nuevos intentos de asentamiento.
El Crio. Miguel Velardez, jefe de prensa de la Policía de Salta, resaltó que se trató que los ocupantes abandonaran pacificamente el predio. Ante la negativa, se avanzó con un grupo de 200 efectivos de distintas áreas en la madrugada, registrando solamente una fémina de la fuerza herida por golpe de elementos arrojados de parte de los manifestantes.
En la huída de los usurpadores, éstos fueron perseguidos por las calles de los barrios aledaños, tanto Misión Cherenta como Los Tobas, Mi Jardín e incluso Belén. por los policías y de allí que se llegaran a registrar heridos entre los vecinos; alarmados por el ruido de los disparos y las corridas; como también se denunciaron daños a la propiedad.
Durante la mañana, los vecinos de Los Tobas y Cherenta realizaron una protesta sobre calle San Lucas, ante el grupo de policías que custodiaba el predio desalojado. Incluso cerraron momentáneamente el acceso al barrio; reclamando la presencia del intendente Mario Mimessi.
Los caciques de ambas comunidades; reunidos en Plaza de Cherenta; se mostraron molestos por lo que consideraron un atropello a sus hogares y si bien no hay denuncias registradas formalmente, mostraron los daños en sus vehículos y exteriores de sus casas.
Hubo duros reproches de los molestos vecinos, que señalaron el abandono en que estaba el espacio, desantendido por el dueño, sin limpiar y alambrar, y constituyendo todo un peligro para el sector, donde ya habían ocurrido varios robos.