El sábado, en Choele Choel iniciaron las actividades en memoria de Daniel Solano e incluyó la restauración del mural frente a la Comisaría Octava, una olla popular en el acampe de la familia y la proyección del documental “Antón Pirulero”. Al cierre hubo debate con familiares y allegados de víctimas de la represión estatal. Sergio Heredia, abogado de la familia, se encuentra en Rio Negro y para este lunes por la tarde está prevista una misa.
El 3 de Octubre se cumplieron siete meses del fallecimiento de Gualberto Solano y hoy lunes 5 se cumplen 7 años de la desaparición de Daniel Solano; el joven trabajador rural oriundo de Misión Cherenta en Tartagal; por lo que en la ciudad del extremo sur se desarrollará una Misa en memoria, en el predio conocido como “Arbolito de Daniel”, frente al Juzgado de General Roca, informó el diario Rio Negro.
Allí se mantiene un acampe exigiendo que también se juzgue a los cómplices políticos, judiciales y empresariales. Sergio Heredia, el abogado tartagalense, expresó a través de sus redes sociales que la búsqueda de los restos de Daniel seguirá, para que su padre descanse en paz.
Desde el grupo que acompaña a la familia Solano recordaron que el pasado 1° de agosto “la justicia rionegrina dictó un fallo ejemplar condenando a cadena perpetua a los 7 policías asesinos de Daniel pero aún no se encuentran en prisión. Por eso creemos que nuestro pedido de justicia se renueva y que nuestra presencia en las calles sigue siendo necesaria”.
Insistieron además, en que “los responsables empresariales y la complicidad judicial y política sean tratados por la justicia”.
Sin embargo, continúan en libertad. Familiares, amigos y organizaciones sociales siguen reclamando justicia y mantienen el acampe frente al juzgado de general Roca exigiendo que también se juzgue a los cómplices políticos, judiciales y empresariales.
Familiares de jóvenes desaparecidos en Neuquén y Rio Negro bajo diversas circunstancias se han unido para acompañar a los Solano, todos para mantener viva la memoria y el reclamo.
El caso de Daniel Solano generó un simbronazo al interior de los pueblos del Valle Medio. En Choele Choel se realizaron marchas de alrededor de seiscientas personas pidiendo la aparición con vida de Daniel, a la vez que se organizaron actividades que buscaron visibilizar lo ocurrido, no sólo por Solano sino por el resto de los trabajadores de la fruta y los desaparecidos en democracia, algo inédito para una ciudad de diez mil habitantes.
La visibilización produjo también un quiebre, en el que el accionar represivo de la policía quedó muy expuesto, sobre todo en un lugar donde los policías tienen una relación mucho más directa y cotidiana con los vecinos.
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